Los filtros que descontaminan el agua con estos animales, fueron perfeccionados por Juan Carlos Guáqueta, un colombiano que ha recibido varios reconocimientos internacionales.
Usar lombrices para tratar aguas negras es la idea que perfeccionó Juan Carlos Guáqueta, un ingeniero industrial colombiano que ha sido reconocido por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) al crear un proyecto innovador con la capacidad de mejorar el nivel
de vida de las personas en Latinoamérica. Los filtros de agua que adaptó no sólo la descontaminan, también producen abono y pueden ser instalados fácilmente en áreas rurales.
El proceso, que ya había sido usado en China y Nueva Zelanda, consiste en un sencillo tanque en el que se vierte el agua contaminada que, por medio de la gravedad, se va filtrando hacia una zona húmeda donde están las lombrices. Éstas se comen los desechos sólidos orgánicos para transformarlos en abono, a la vez que se limpia el agua para reutilizarla en riego.
“Lo que sucede con las tecnologías tradicionales es que, para separar la contaminación del agua, se crea una especie de lodo por decantación. Si se quiere transformar en abono, se deben someter a un tratamiento posterior, mientras que con nuestros filtros el estiércol de las lombrices puede ser usado directamente”, advierte Guáqueta.
Los biofiltros que ofrece su empresa, Acuacare, están pensados para industrias, condominios, instituciones y comunidades, por lo que pueden estar diseñados según la carga contaminante del agua.
“Aunque tenemos soluciones preestablecidas, también construimos filtros para casos especializados que permiten que la gente no sobreinvierta”, añade el ingeniero. Por esto, si la persona está contaminando 10 metros cúbicos, la empresa puede ofrecer una solución para satisfacer esa necesidad o incluso vender un filtro con una capacidad de 12 centímetros cúbicos pensando en el crecimiento futuro.
Pero las ventajas de los filtros no se quedan allí. Frente a un sistema tradicional en el que se gasta 1 kilovatio/hora en consumo eléctrico, los biofiltros de Acuacare sólo necesitan 0,075 kilovatios/hora para descontaminar el mismo metro cúbico. Además, el costo por el tratamiento del agua es 70% más barato, permite la reducción del consumo de agua potable y la capacitación para poder manejar los filtros es de sólo unas horas.
Para montar Acuacare, que tiene dos años de fundada, se asoció y asesoró con el ingeniero civil y experto en tratamiento de agua Juan Manuel Gutiérrez. En ella ofrecen producción de abonos orgánicos, reutilización de agua y productos que ayudan a conservar los jardines y paisajes, en distintas escalas.
La iniciativa ha sido reconocida por el World Environmental Center, al ser seleccionada como uno de los proyectos más sustentables de Latinoamérica y el Caribe, estuvo en el Global Partnership Summit en Marruecos, donde recibió una mención de honor en agricultura por generar un impacto positivo a nivel rural y fue escogida por el BID como una de las 16 propuestas más innovadoras de Latinoamérica.